No tengo nada tuyo más que tus palabras, pero estas me ayudan a superar mis metas. Pienso de día y de noche el día en que estaré contigo, de frente y observándote, pero no sé si ese día vendrá. El tiempo pasa y no borra las huellas que lograron tu encuentro, sino más bien logra arraigarlas, pero al pasar más y más me doy cuenta que estoy más en tu esencia que yo solo en el medio donde vivo.
Aunque no se note, estas palabras que tal vez nunca leerás, y si lo haces jamás comprenderás que con palabras simples, trate de expresar la inmensidad de lo que tú eres para mí.
A veces estoy triste, pero cuando me preguntas digo estar bien, pues como haría para explicarte que la causa de ella es el sentimiento de no poder decirte lo que realmente siento por ti. A veces un te quiero no me alcanza, pues solo son palabras, y aunque te lo diga con el sonido de mis labios, no tengo los medios para demostrártelo. Quizá esa es la causa de la presencia de este sentimiento, porque más allá de que pueda decirte que te quiero, no pueda demostrarlo y quede solo en palabras.
Me lamento siempre, estar triste porque te quiero, estar huyendo de lo que siento, y no estar seguro de que sientas lo mismo. Tratar de acercarme sintiendo el miedo de no corresponder ese hecho que tanto ansío, el de estar a tu lado sin importar el tiempo o el espacio. ¿Qué nos separa? Creo será solo el pensamiento en el cual tú te separas de mí sin haber ni siquiera haber sido algo, aunque luego de todo si eres algo, y ese algo es el complemento que logra sostenerme en pie y firme ante la tormenta de mi vida.
Tal vez te canses de mí, y no te culparía de ello, pues creo no tener los medios para estar contigo, y más aún de demostrarte lo mucho que vales para mí, aunque sea solo un lejano que nunca dio su cara de frente. Luego de ello solo me quedarán un par de fotos, las cuales siempre observo cuando te extraño, y logran un poco apaciguarme.
Concluyendo este pasar, quiero asegurar que a veces derramo lagrimas en tu nombre, y aunque no lo sepas, si te entras aclaro que no es malo, porque por suerte puedo agradecer que existen esas personas como tu, que logran sacarte un par de lagrimas, anqué sean de tristeza, porque de este modo quedan demostrándote que son importantes para ti, y lo mucho que ellas valen, aunque ellas no lo noten y sigan su camino; Clásico ejemplo de una guerra, donde los soldados del enemigo nunca se detienen a mirar las lagrimas de una madre que perdió su hijo al morir, porque muchas veces no lo saben, y aunque no lo sientan, nunca podrán entender o conocer la tristeza de esa madre, siguiendo su camino y dejando todo sin ser percibido.